Hoy más que nunca es común padecer
ansiedad. José Alfredo Contreras Valdez, investigador de la Facultad de Psicología de la UNAM, señala que es un problema emocional que la humanidad ha experimentado con mayor frecuencia durante la pandemia, por las afectaciones que impactaron en nuestra vida cotidiana, hábitos y relaciones familiares y sociales.
La ansiedad es este estado emocional displacentero que suele experimentarse con otro tipo de alteraciones fisiológicas como las provocadas por el miedo. Algunos, al experimentar ansiedad buscan salidas rápidas y placenteras como a través de la
comida.
La doctora Leticia Mendoza Galindo, especialista en nutrición clínica y creadora del proyecto Nucic, señala que el consumo de dietas con alto contenido de procesados, de comida rápida y azúcares están relacionadas con aumentar la
depresión y la ansiedad.
Hay dos motivos principales para esta asociación: la primera tiene que ver con la falta de aporte de
nutrientes que son necesarios para el adecuado funcionamiento de nuestro cuerpo, así como procesos cerebrales y, por lo tanto, emocionales.
La segunda causa se relaciona con el sistema de recompensa y los ciclos de satisfacción momentánea que brindan estos alimentos seguidos de la bajada de
glucosa y los neurotransmisores que nos dieron esa sensación de plenitud.
¿Qué alimentos pueden contribuir a aliviar el estrés y la ansiedad?
Recientemente, hay estudios que señalan que aquellas personas que consumen una dieta rica en verduras y frutas tienen menores niveles de
estrés.
La
OMS recomienda un consumo mínimo de 2 a 2.5 tazas de verduras al día y de 1-2 a porciones de frutas al día. Adicionalmente pescados grasos, aceite de oliva, semillas, legumbres y granos enteros son excelente fuente de aminoácidos, así como vitaminas A, D, C y B que son necesarios para la formación de
dopamina y serotonina. El consumo de alimentos fermentados como el yogur griego y kéfir, son una maravillosa fuente de prebióticos que favorecen el equilibrio de la microbiota intestinal y que contribuyen a tener mejor estado de ánimo.
Así que si tienes un
ataque de ansiedad, no procures salidas rápidas con azúcares o procesados, mejor pregúntate qué necesitas en ese momento. Leticia señala que el identificar nuestras emociones es fundamental para gestionar tanto el estrés como la forma en la que nos vinculamos con la comida.