Cómo limpiar una vajilla de porcelana 

Las vajillas, así como los juegos de té, hechas de porcelana suelen ser un tesoro familiar que pasa de generación en generación o parta de una colección muy especial, por lo que es necesario tener cuidados especiales, pues de esta manera durará más tiempo y se mantendrá en buen estado. Además de guardarla muy bien y evitar el polvo, es importante lavarla con cuidado, revisar la temperatura del agua y no emplear líquidos abrasivos. Así que si tienes una vajilla de porcelana, no te preocupes, aquí te decimos cómo lavarla correctamente.  También puedes leer: El amor al centro de la mesa: la importancia de una vajillaAntes de lavar tu vajilla de porcelanaLos expertos en limpieza recomiendan tener en cuenta lo siguiente: 1. No laves los platos y tazas de porcelana con agua caliente, pues podrían dañarse. La temperatura ideal es fría o tibia.  2. No utilices cloro o cualquier otro líquido abrasivo, pues dañará la porcelana.  3. Usa una esponja suave para lavar tu vajilla de porcelana, pues no se recomienda usar cepillos o zacates. También puedes leer: ¿Cómo saber si las ollas de barro tienen plomo?Cómo lavar la porcelana Los expertos recomiendan diferentes métodos de limpieza para la porcelana, pero esto siempre depende del tipo de manchas o con qué regularidad empleas las piezas, así que aquí te explicamos 2 métodos paso a paso.  Limpieza del día al día Si usas tus tazas, tetera o platos de porcelana varias veces a la semana, mantenerlos en buen estado es muy fácil: 1. Lava las piezas de porcelana con agua tibia y jabón para trastes. Puedes emplear una esponja suave, pero evita utilizar cloro.  2. La porcelana puede secarse con toallas de papel o un trapo limpio y seco.  También puedes leer: Anfora, cien años en la mesa de tu hogarCómo quitar las manchas de la porcelana Si no sueles usar tu vajilla de porcelana y está guardada, es posible que notes que tiene algunas manchas, pero no te preocupes, aquí te decimos cómo dejarla como nueva en un dos por tres. 1. Mezcla 3 cucharadas de agua con una cucharada de bicarbonato de sodio.  2. Unta la pasta sobre el plato y comienza a tallarlo en pequeños movimientos circulares, pero sin ejercer demasiada presión.