Cocinar es, en realidad, un proceso alquímico en el que se mezclan harina, azúcar, polvo para hornear, mantequilla, huevos y esencias para obtener todo tipo de deliciosos
postres, panes y otros platillos. Sin embargo, la magia no termina con la mezcla de ingredientes, pues al introducir una masa al
horno, atestiguamos una serie de cambios y procesos mágicos que hacen que las masas se inflen, que los suflés tengas una textura esponjosa y que los pasteles doblen su tamaño.
Este proceso alquímico no solo depende de pesar los ingredientes correctamente o seguir una buena receta, pues la temperatura de la cocción también es ideal para obtener tesoros como galletas y pasteles. Por ejemplo, si vas a cocinar un huevo estrellado y lo viertes sobre la sartén mientras no está bien caliente, tardará más en cocinarse, así que
precalentar el horno es necesario, ¡aquí te decimos por qué!
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En su libro Cocinología, la ciencia de cocinar, el Dr. Stuart Farrimond, quien se especializa en la ciencia detrás de los alimentos, explica que hay varias razones para precalentar tu horno ante de preparar todo tipo de platillos dulces y salados:
“Un horno bien precalentado es un seguro contra bajadas de temperatura, pero también nos asegura que el aire y las paredes de metal del horno lleguen a la temperatura deseada. El metal caliente actúa como reserva de calor y lo irradia hacia dentro para mantener estable su temperatura”.
Es decir, al
precalentar el horno, nos aseguramos de que la temperatura se mantenga estable durante la cocción y también ayuda a llegar a la temperatura deseada, lo que será clave en la preparación de pasteles y postres.
Por otro lado, el autor también señala que, al precalentar el horno, se disminuye la perdida de calor cuando se abre la puerta del horno para revisar los platillos que se están horneando:
“Cada vez que se abre la puerta del horno, se escapa aire caliente; si las paredes están frías, al calentador le cuesta volver a calentar el aire; en cambio, si están calientes, se recupera rápidamente la temperatura correcta del aire”.
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En la cocina hay muchas opiniones, por lo que los expertos recomiendan diferentes tiempos de precalentado.
Por su parte, el Dr. Farrimond señala que, al precalentar un horno por 15 minutos, lo único que logramos es calentar el aire, mientras que las paredes siguen frías, lo que significa que en realidad no estamos horneando a la temperatura adecuada.
Para este escritor, el horno se debe precalentar por 30 minutos, pues en este punto se alcanzará una buena reserva de calor y las paredes ya estarán calientes, lo que mantendrá la temperatura estable durante la cocción.
Mientras que para
Shilpa Uskokovic, chef y periodista gastronómica, el horno se debe precalentar por alrededor de 20 minutos, pues señala que, aunque otros recomiendan precalentar por más tiempo, precalentar por 30 minutos o más no hará la diferencia y solo hará que tu recibo del gas sea exorbitante.
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Cuando se trata de
precalentar el horno, las opiniones se dividen, así que además de los consejos de los expertos, deberás considerar diversos factores:
1. ¿Qué tan bien funciona tu horno?
2. ¿Tiene ventilador? Esto hace que se caliente más rápidamente y que la temperatura sea más estable.
3. ¿Qué vas a hornear? Mientras que la repostería requiere precisión, otro tipo de platillos no fracasarán si no se llega a la temperatura sugerida.
4. ¿Cuánto tiempo te tomó hornear algo similar?
5. Recuerda que entre más grande sea tu horno, más tiempo tardarás en precalentarlo.