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¿Cómo evitar que el pollo quede duro? 3 recomendaciones de la chefs de kiwilimón

Por Eloísa Carmona - July 2022
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Tinga, estofado, tacos, rollos o con un relleno, saber cómo evitar que el pollo quede duro es importante porque esta proteína es una de las más comunes en las cocinas mexicanas y quizás hasta del mundo.
Gracias a su versatilidad, sabor, rendimiento y a veces hasta por el precio, el pollo es la carne que más aprovechamos a la hora de cocinar, pero es fácil que no tengamos dominada su cocción y que esto nos resulte en una pechuga de pollo seca y dura.
Cocinar pechugas de manera adecuada va desde saber que el pollo no se lava, hasta lograr cocinarlo por completo, para evitar las bacterias que la carne cruda pueda tener, pero también saber cuándo terminar la cocción para que no quede seco y duro, así que para que domines el arte de cocinar pollo, te dejamos los consejos de las chefs de kiwilimón.

3 recomendaciones para evitar que el pollo quede duro
Estos consejos para que el pollo no quede duro son de las chefs de kiwilimón Brenda Villagómez, Yamilette González y Alexandra Romero, así que sin duda te servirán para obtener un pollo con mucho sabor y bien jugoso.
  • Para que las pechugas te queden suaves al momento de hervirlas, siempre cocínalas a partir de un líquido a temperatura ambiente; es decir, no hiervas primero el agua y después metas a cocer el pollo, como lo harías con la pasta, por ejemplo.

    Cocinarlas a partir de un líquido a temperatura ambiente y permitir que hiervan juntos agua y pollo ayudará a que poco a poco las pechugas comiencen a tener un progreso de cocción y se sellen por fuera para que su jugosidad se mantenga. Para saber si ya están listas, simplemente introduce un cuchillo y asegúrate de que el color blanco sea uniforme y que no salga sangre de la pechuga.

  • Cuando quieres asar u hornear pechugas gruesas, hay dos consejos esenciales: el primero es marinar la pieza de pollo con limón o leche, ya que contienen encimas que tienen la facultad de descomponer la proteína y ablandar la carne.

    La grasa es una opción muy buena también para lograrlo, ya que humecta la proteína al cocinarla, por ello, al parrillar u rostizar el pollo puedes untar de vez en cuando con aceite para humectar la carne, o untar mantequilla entre la piel y la carne, para ayudar a suavizarla. 
  • Puedes usar una cocción mixta, sobre todo para pollos horneados y tienes dos opciones: primero sella la pechuga para asegurarte así de que los jugos no se pierdan (esta conformará la primera cocción). Después llévala al horno (segunda cocción) en una charola con un poco de líquido que lleve tu receta, pueden ser jugos de cítricos o frutas, vinos o caldos recuerda tapar.

    También puedes llevar directamente la pechuga al horno sin ningún líquido en la charola, pero sí con un recipiente con agua dentro del horno, pues esto te ayuda a que constantemente esté humectada con el vapor que se generará, y en realidad también tendrá dos cocciones: con el vapor y otra con el aire caliente.
  • Por último, y como recomendaciones extra para que el pollo no quede duro, siempre puedes usar un ablandador de carne como los que venden en el supermercado y recuerda que al cocinarla, es necesario tapar muy bien la pechuga al menos durante 80 por ciento de su proceso de cocción, para así asegurar que no se evapore el líquido que ya tiene; el otro 20 por ciento podrá cocinarse destapada para que la carne termine de hacer una costra dorada.