La manzana es una buena fuente de flavonoides que funcionan como antioxidantes, la avena por otro lado es uno de los cereales más completos y saludables, aporta energía, vitamina E. B6 y B5, además de minerales como hierro, selenio, magnesio y cobre.
¿Para qué sirve? La manzana gracias a los antioxidantes ayuda a curar dolores de panza, constipación y diarrea. La avena gracias a su alto contenido en fibra es excelente para evitar el estreñimiento y facilitar el tránsito intestinal.