Creo que aún me quedan jitomates en la nevera y no voy a dudar en preparar alguna cosa más con ellos. Otro plato más, con los ricos tomates del verano.
No vamos a hacer nada complicado, simplemente, vamos a limpiar bien bajo el grifo los tomates. Cortamos la parte superior, e intentaremos vaciarlos con un cuchillo y una cuchara. En este caso, he dejado de 3 a 4 cm de profundidad, así podremos poner más requesón.
Rellenamos los tomates con el requesón bien picado, que quede suelto. Ayudándonos de una cuchara, lo haremos muy fácil.
Para que quede mejor el relleno, es conveniente, que el requesón esté bien frío, recién sacado de la nevera. Estará más consistente.
Ponemos un poco de sal y otro poco de pimienta negra molida, para darle un toque especial.
Espolvoreamos también una buena cantidad de orégano.
Listo el relleno y colocados en el plato los tomates, le toca el turno al aceite de oliva, que procuraremos añadirlo muy despacio por encima del requesón. De esta manera, penetrará mejor y más rápido, hasta llegar al fondo del tomate.
Información nutricional
* * Información por porción de 100g, porcentaje de valores diarios basado en una dieta de 2,000 calorías.
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