La tradición de elaborar pasteles con forma de media luna proviene de los países árabes y se remonta a muchos siglos atrás. Esta costumbre sigue en la actualidad, pudiendo observarse en el tchareke argelino por ejemplo.
El origen del croissant, según una de las leyendas, se remonta a la Viena de finales del siglo XVII, cuando la ciudad resistió al asedio del Imperio Otomano. Los panaderos de la ciudad prepararon un pan con esa forma característica, el antepasado del actual croissant, como burla a la media luna de la bandera otomana
La palabra “croissant” aparece por primera vez en el diccionario francés en 1863, mientras que la receta del primer croissant hojaldrado no se publicó hasta el año 1905. Los franceses lo harían tradicional en su país, especialmente en el desayuno.