El rape es uno de los animales más feos de la creación. Aparte de feo, tiene cara de malas pulgas. Vive solo en las profundidades del mar y no se relaciona con nadie. Es cabezón, pero cabezón, cabezón. Medio cuerpo lo ocupa la cabeza, grande, imponente, con una boca respetable y unos dientes que dan miedo. Es capaz de tragarse presas que doblan su tamaño. La otra mitad de su cuerpo se estiliza y constituye el mejor bocado. Una cola de rape es lo más. No tiene espinas y eso la hace ideal para aquellas personas que sólo ver un pescado ya se atragantan. Con la cabeza del rape se suele hacer sopa. Le da un buen sabor y así, guisado al cava, resulta un excelente plato para las fiestas. Lo feo también puede tener su lado hermoso.