Hacer merengue es muy sencillo; siempre y cuando se sigan todos los pasos al pie de la letra. Cualquier detalle puede hacer que el merengue no logre la consistencia adecuada. Sigue este secreto paso a paso y obtén el mejor merengue.
Comienza por separar los huevos (cuando estén fríos). Toma en cuenta que si cae cualquier fragmento de yema en las claras, las estropeará; por lo cual te sugiero separar antes los huevos en un refractario de vidrio individual y después agregarlos al refractario de vidrio o metal en donde vayas a batir.
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Permite que se climaticen las claras de huevo a temperatura ambiente, por lo menos 30 minutos.
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Bate las claras con una batidora eléctrica a una velocidad media alta hasta que se formen picos suaves o picos duros, dependiendo de tu receta. Asegúrate de que tanto tu batidora, como el recipiente que utilices, estén totalmente limpios, ya que la grasa podría arruinar el merengue.
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Una vez listas las claras, agrega el azúcar; poco a poco, e incorpora con la batidora. La regla es: un 1/4 de azúcar refinada por cada clara de huevo. Bate las claras hasta que el azúcar esté disuelta.
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El merengue estará listo cuando puedas tomarlo con una cuchara, voltearlo y que no se caiga.
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Hornea el merengue a una temperatura de 150 grados centígrados, de 20-30 minutos.