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Un estudio pequeño dirigido por la Dra. Elizabeth Thomas, profesora de medicina de la Universidad de Colorado, demostró que cuando las mujeres con sobrepeso se saltaban el desayuno, desarrollaban resistencia a la insulina. Cuando esto ocurría, necesitaban más insulina para que el azúcar en su sangre regresara a los niveles normales.
Según el estudio, la resistencia a la insulina de las participantes fue de corta duración. Pero si este trastorno se vuelve crónico, se convierte en un factor de riesgo para la diabetes. El exceso de peso, por su parte, constituye en sí mismo otro factor de riesgo.