Esta receta te ayudará a preparar una rica leche de almendras, que puedes utilizar como una alternativa saludable, sobretodo para las personas intolerantes a la lactosa y con diabetes.
La noche anterior o 4 horas antes de empezar a preparar la leche, remoja las almendras sin piel en agua, esto ayudará a que sea más fácil licuarlas.
Ya que pasó el tiempo y tus almendras están remojadas, es momento de empezar. Vierte las almendras en la licuadora sin el agua en la que las remojaste.
Agrega 3 tazas de agua y licúa por 2 o 3 minutos. Si es necesario, remueve de vez en cuando con una cuchara. Verás como se está formando la consistencia de puré.
Pasado este tiempo y con a consistencia de puré, agrega la miel, la vainilla, la sal y un poco de canela en polvo. Agrega también el agua restante y licua por otros 2 o 3 minutos.
Prueba y rectifica de sabor si es necesario, con un poco más de miel, vainilla o canela.
Lo único que falta es colar la leche. Necesitarás cheesecloth o tela para queso (se le conoce como estopilla o tela de malla).
Sobre un tazón grande pon un colador, dobla la tela para que te quede más gruesa y colócola sobre el colador. Vierte la pasta de almendras sobre la tela.
Cuando ya hayas terminado de servir toda la pasta, toma la tela, y enrolla la pasta de almendras para poder exprimir lo más posible el líquido.
Aprovecha la pasta de almendras: seca la pasta, deshidratándola dentro del horno a baja temperatura y crea tu propia harina de almendras que podrás utilizar para repostería.
Información nutricional
* * Información por porción de 100g, porcentaje de valores diarios basado en una dieta de 2,000 calorías.
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