Una vez que el pavo ha sido sazonado, relleno y amarrado, se puede inyectarlo. Prepara una mezcla de jugo, mantequilla o vino blanco para inyectar el pavo.
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Toma la jeringa con un poco de la mezcla e inyecta la pechuga del pavo, trata de usar el mismo hoyo para dirigir el jugo hacia varios lugares, de esta forma evitas que el jugo se salga.
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Repite el proceso volteando el pavo e inyectando la parte otra pechuga, trata de no hacer más de 4 perforaciones en todo el proceso.
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Inyecta las piernas, usa todo el jugo para que tu pavo no quede reseco.