¿Sabías que el origen del mole se remonta a la época prehispánica? Antes de la Conquista los indígenas mezclaban chiles con ingredientes como hoja santa y jitomate para crear una salsa a la que llamaban “mulli”. Esta preparación se utilizaba para acompañar carne de guajolote o de pato y era ofrecida a los dioses. 

La cultura del mole en México se extiende a más de 50 variedades, entre las que destacan el negro, coloradito y verde. 

En estos restaurantes puedes disfrutar auténticos moles de distintas regiones del país, como Oaxaca y Puebla. 

Relajado, pintoresco y bohemio con simpática terraza hacia la plaza de Coyoacán.

Plaza Jardín Centenario 12, Coyoacán, Ciudad de México.

Lugar de visita obligada para probar la moderna y clásica comida mexicana de Ricardo Muñoz Zurita.

Isabel la Católica 30, Centro, Ciudad de México.

Sencillo y bohemio lugar, sin falsas pretensiones, en el que el chef Alam Méndez sigue deleitando a los comensales con sus moles y platillos oaxaqueños tradicionales.

Nuevo León 107, Hipódromo Condesa, Ciudad de México.

TIP: Para que el mole tenga un sabor más dulce y delicioso agrega azúcar morena, piloncillo o chocolate de mesa.